La tregua de la autodeterminación
No han sido muchas las editoriales que, ciertamente, se han lanzado al análisis de la tregua de ETA.
Grafite, que tiene su sede social en Bilbao, para más señas, quizá haya hecho un singular esfuerzo. Si algo se concluye en de la lectura de este libro, es que tanto el director, profesor de la Universidad CEU San Pablo, como el equipo de colaboradores, tienen las ideas claras. Horroriza pensar que España está, ahora si cabe más que en otros momentos, en manos de ETA.
Horroriza pensar que el futuro de la tregua de la autodeterminación depende de ETA y no de la verdad, en la calle, en las ideas, en la mesa de diálogo, de negociación o como se llame. Horroriza pensar que el futuro de las elecciones municipales, autonómicas, generales, depende de ETA, de lo que sea capaz de pedir y de cómo sea capaz de pedirlo. Horroriza pensar que el futuro de la articulación de España, de principios básicos de relación entre los ciudadanos, de progreso y de bienestar, depende de que se saquen o no las últimas consecuencias del famoso pacto de Perpiñán.
En la presentación de este libro, don Jaime Mayor Oreja no habló de tregua trampa, sino de la tregua de la autodeterminación. Si a esta finalidad no escondida por los etarras, y por su entorno, y por aquellos que tienen la misma comunidad de fines, se añaden las recientes declaraciones de Otegui a la revista mejicana Emeequis, -qué gran hombre de paz como dijo el Presidente del Gobierno-, en las que delinea una futura sociedad vasca del siguiente calado: «Tengo la esperanza de que en dos años estaremos muy cerca de un acuerdo definitivo.
Si las voluntades políticas no se dilapidan, si se respetan los tiempos, nosotros estamos convencidos de que Euskal Herria (País Vasco, Navarra y tres provincias del sur de Francia) va a ser una nación, un Estado republicano y socialista», es lícito pensar que el Presidente del Gobierno está contribuyendo, o al menos debe explicar que no lo hace, a construir la Cuba ibérica.
Este libro desenmascara la tregua de ETA ayudándonos a pensar en lo que ha sido ETA, en lo que es ETA y en lo que quiere ser, y no a dejarnos seducir por las frases grandilocuentes o por los silencios sospechosos -menos hablar en público y más en privado, dijo el Séneca del 11-M-.
Uno de los más destacados colaboradores de este volumen colectivo, cuyo prólogo está a cargo del jesuita Fernando García de Cortázar, don Francisco José Vaquero, señala que el objetivo del libro es «proporcionar elementos de juicio para un debate de fondo sobre lo que implica la tregua de ETA y lo que implica el nacionalismo en sus últimas consecuencias. Lo que queríamos era conseguir plantear un debate en temas de fondo no en cuestiones coyunturales. Para conseguir esto, aquí desentrañamos y proporcionamos claves decisivas y fundamentales para entender el proceso que estamos viviendo». Y, añade: «La primera mentira de la tregua es que se habla de un proceso de paz y, para ello, emplea el lenguaje del nacionalismo abertzale que es un lenguaje perverso. Cuando se emplea un lenguaje perverso y se manipula la realidad, la verdad muere, y es la primera víctima, por eso hay muchísimas mentiras en el proceso de paz. Por otra parte se persiguen también muchos objetivos de carácter político, mediático y social. Realmente no se persigue la paz, ETA tiene unos objetivos políticos muy determinados y ha manipulado los sentimientos y de las esperanzas de la gente».
Los beneficios de este libro, en el que colaboran, además de los mencionados, José Basaburúa, Antonio Beristain, Rafael Ibáñez, Jesús Laínz, Jaime Larrínaga y Manuel Morillo, serán destinados a la Asociación de Víctimas del Terrorismo.
José Francisco Serrano
Alfa y Omega, Nº 501, 1 de junio de 2006.
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