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La tregua de ETA: mentiras, tópicos, esperanzas y propuestas

"Víctimas y perseguidos del totalitarismo nacionalterrorista no vamos a consentir de ningún modo que nuestros hijos vayan a ser mañana también esclavos de una paz tan falsa como moralmente indecente"

"Víctimas y perseguidos del totalitarismo nacionalterrorista no vamos a consentir de ningún modo que nuestros hijos vayan a ser mañana también esclavos de una paz tan falsa como moralmente indecente"

La decisión del juez central de Vigilancia Penitenciaria, José Luis Castro, de conceder la libertad condicional al preso etarra enfermo de cáncer Iosu Uribetxebarria Bolinaga por la pinturera idea de que los "principios de humanidad y derecho a la dignidad de las personas deben predominar sobre cualquier otra consideración legal", pone de manifiesto algo en lo hemos insistido reiteradamente a lo largo de los últimos meses: hay en la sociedad vasca, sobre todo, pero también en una parte importante del resto de la sociedad española, un empeño perverso en pasar página, en olvidar nuestra más reciente historia, en recibir con palmas a torturadores como Bolinaga y por hacer surgir, a machamartillo político, un nuevo escenario en el que las permanentes reclamaciones de memoria, verdad y justicia lideradas por la gran mayoría de las víctimas del terrorismo se transmutan en peticiones éticamente indecentes que solicitan perdonar a los asesinos, que apelan a “sumar esfuerzos” entre quienes matan y quienes mueren y que exigen “olvidar” a quienes más han padecido la lacra terrorista.

Se está avalando política, judicial, social y culturalmente un discurso en el que la manipulación, la mentira como herramienta de construcción de los consensos colectivos y la equidistancia fatua tratan de convertir el pasado reciente del País Vasco en un escenario irreal en el que "ha habido sufrimiento por ambas partes”, en el que “todos tenemos que ceder” y en el que hay que ofrecer espacios para “la reconciliación”.

Ante esta situación, y de un modo urgente, los demócratas, liderados por las víctimas del terrorismo, debemos liderar, nuevamente, la defensa de todos aquellos valores por los que casi un millar de personas han sido asesinadas y que, sin lugar a dudas, constituyen los cimientos más firmes de nuestro entramado institucional y nuestra única esperanza de civilidad. El gran reto ante decisiones incomprensibles como la que pone en libertad a un torturador sin piedad y a una piltrafa ética como Uribetxebarria Bolinaga consiste en seguir manteniendo vivas las reclamaciones de firmeza policial y aislamiento social contra los muchos terroristas que aún son y frente a quienes se empeñan en considerar a éstos como un puñado de hijos descarriados a los que hay que acoger de nuevo en la casa de todos. Nuestra tarea más urgente consiste ahora en recordar incansablemente que nuestro sistema de libertades, a pesar de lo mucho que se mancille, siempre será infinitamente superior a los planteamientos totalitarios, integristas y fanatizados de los terroristas, de los cómplices de éstos o de los que siempre han justificado a los primeros y abrazado a los segundos.

Que no se equivoquen quienes ahora desean esbozarnos un futuro cimentado sobre excarcelaciones de criminales, sobre el obligado olvido de todo lo padecido hasta el momento, sobre una tabula rasa impuesta entre víctimas y verdugos o sobre un liderazgo compartido con quienes tantas veces han colaborado en el asesinato de ciudadanos inocentes. Siempre nos tendrán enfrente. Porque quienes ayer fuimos víctimas y perseguidos del totalitarismo nacionalterrorista no vamos a consentir de ningún modo que nuestros hijos vayan a ser mañana también víctimas de una paz tan falsa como moralmente indecente.

 

http://www.paisvasco-informacion.com/2012/08/quienes-ayer-fuimos-victimas-y.html#more

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