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La tregua de ETA: mentiras, tópicos, esperanzas y propuestas

Desembarco proetarra en Pamplona (porque ETA sí existe); por Pascual Tamburri (Ruta Norte)

Desembarco proetarra en Pamplona (porque ETA sí existe); por Pascual Tamburri (Ruta Norte)

Los abertzales celebran su gran día el domingo de Pascua. Una herencia de la Euskadi católica soñada por Sabino Arana. Una paradoja que los marxistas y etarras han impuesto en Navarra.

Aquí están, han venido. Los independentistas de Red Independentistak, Aralar, IA, EA, Alternatiba, Bildu y AB, larga suma de siglas de extrema izquierda –EA, ahora, se reviste de ese paradójico ropaje-, se reunieron en Pamplona el domingo de Pascua para celebrar el día de lo que llaman la Patria vasca. Ni su presencia ni su actitud son una casualidad: responden al momento político que vivimos y a los objetivos que se han marcado. Aunque tengan sus diferencias entre ellos, todos, desde el proetarra diputado general de Guipúzcoa, Martin Garitano, hasta el coordinador del tambaleante Aralar, Patxi Zabaleta, pasando por Xabier Lasa, Peio Urizar, Maiorga Ramírez, Marivi Ugarteburu, Sabino Cuadra y conocidos imputados por colaboración con banda armada como Rufi Etxeberria, Joseba Permach o Pernando Barrena, comparten lo que los congregados gritaban.

No se vio, pero al menos políticamente sí estaba adherido, a Rafa Larreina y a otras personas que comparten su visión de las cosas. Motivo de escándalo, uno más, porque quieren lo mismo que la manifestación pedía. En este sentido al menos tiene razón Antonio Basagoiti cuando ha comentado en Facebook que "con ETA todo se acaba sabiendo, y quien hace lo que no debe se retrata antes que después". Estará bien que tengan esta verdad en cuenta esta verdad quienes tengan autoridad sobre el dirigente de EA citado, y de paso también el bachiller Iñaki Oyarzábal.

Quieren la independencia, y la pancarta principal lo pedía. También lo pidieron de palabra los oradores y a voces los manifestantes, y de hecho con sus banderas. La independencia es un imposible, gobierne quien gobierne en España, y sólo puede alcanzarse –era ya la idea de Federico Krutwig- con la destrucción de la misma España. Por la misma razón, porque la izquierda teme que el PNV recapacite en su independentismo si reflexiona desde sus principios religiosos y desde sus intereses socioeconómicos, ETA trata de mostrar su rostro menos soviético pero a la vez de dejar claro que el único Estado vasco al que aspiran es uno "socialista". Así que quieren la independencia, pero no la misma, y es una pena que nunca vayan a tenerla porque nos vamos a perder el espectáculo de una masacre despiadada entre ellos.

Quieren la liberación de los presos de ETA, es decir la impunidad de sus crímenes. Porque ETA sigue existiendo, y si alguien lo dudaba puede escuchar lo que pidieron los manifestantes vascos en Pamplona. Y ETA quiere que sus acólitos en política logren las victorias que los terroristas no han alcanzado con sus otros crímenes, aunque las hayan preparado matando. Liberar a los presos y no condenar los delitos cometidos o por cometer implicaría renunciar a la soberanía del Estado –aquí nunca ha habido otro- y a su condición de Estado de Derecho. Eso pide la ultraizquierda. Eso sería la victoria de ETA, y por eso mismo con ETA lo único negociable es el día y la hora de la rendición de sus miembros, la entrega de sus medios y armas y la entrada de todos sus miembros en prisión para ser juzgados con las benévolas leyes en vigor en España (y en Francia) .

Y quieren Navarra, por eso se reunieron allí. Para los que tenemos algo de memoria hay una noticia buena, y es que no fueron muchos, vinieron de hecho menos que las anteriores ocasiones similares; y no fueron muchos navarros, hubo sin duda más navarros cuando en 2007 el Parlamento de Navarra convocó a los navarros a manifestarse contra la política proetarra del Gobierno Zapatero (por cierto, allí se manifestaron del mismo lado Miguel Sanz y Mariano Rajoy). Con el mismo recorrido. Había más navarros con banderas de España entonces que navarros con ikurriñas vascas el otro día. Y eso, según a quién, molesta recordarlo.

Tiene razón Zabaleta, "el porvenir va a ser diferente". Más separados que unidos, y con el aval de una ETA en tregua (¿?), los abertzales quieren lo mismo de siempre, sin pagar el precio de sus errores y sin renunciar a nada esencial. Lo único que puede hacerles avanzar, y triunfar en parte ya que en todo nunca lo harán, es la debilidad, la mezquindad, la cobardía y la ignorancia de los llamados a estar frente a ellos. Pero es verdad, el porvenir va a ser diferente. En ese provenir no van a estar las personas cuya vida liquidó o cambió ETA. Tampoco debe estar ETA, ni los objetivos de ETA.

Aplaudir a ETA es colaborar con ETA. ETA es una banda terrorista y cualquiera que colabora con ella es, por definición, culpable de terrorismo. Los actos públicos de la llamada izquierda abertzale, incluso los pocos que no tienen violencia física o verbal, deben ser observados con arreglo a este criterio por todos los servidores del Estado. Que los criminales hayan interrumpido la comisión de delitos de sangre no ha convertido en legal la banda ni la colaboración con ella en algo imponible. Al revés, la llamada tregua debe entenderse como un signo de derrota de los asesinos y en un estímulo para aniquilar por completo la banda separatista.

Matando durante medio siglo y ofreciendo un régimen totalitario soviético ETA no ha conseguido ninguno de sus objetivos: ni la independencia, ni la sumisión de Navarra, ni la liberación de los asesinos presos. Está en manos de todos nosotros, pero un poco más en manos de los navarros y de los políticos de todo signo, que las semillas puestas por los terroristas no germinen ahora al calor de la tregua falaz, de la democracia que no conocen y de las vacilaciones interesadas de los mismos políticos. Lo único que tienen por hacer los criminales es rendirse a España y aceptar su victoria.

http://www.elsemanaldigital.com/blog.asp?idarticulo=120821&cod_aut=

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